Sanación luego del parto
Después del nacimiento de tu bebé, es totalmente natural que tu cuerpo deba pasar por un periodo de sanación. El tiempo que tarde dependerá de tu salud en general, pero puede pasar hasta un año antes de que tu cuerpo vuelva completamente a su estado previo al embarazo.
Dolores posparto e involución
Poco después del nacimiento del bebé, la placenta es expulsada y el útero se contrae firmemente para sellar los vasos sanguíneos abiertos en la pared uterina. El área donde la placenta estaba unida es muy parecida a una herida abierta que debe cicatrizar. Estas contracciones uterinas, a veces denominadas "dolores posparto", se pueden sentir como una sensación fuerte de cólicos durante los primeros días. Podés sufrir estas sensaciones durante la lactancia, ya que la estimulación del pezón provoca contracciones uterinas.
Aunque sea doloroso, debés saber que ayudan a sanar más rápido y que van a desaparecer. Podés tomar un analgésico recomendado por tu médico si estos calambres son demasiado incómodos.
Las contracciones uterinas o posparto ayudan a prevenir el sangrado excesivo al comprimir los vasos sanguíneos del útero; además, son una parte integral de la contracción del útero para volver a su tamaño normal. Tu enfermera controlará este proceso mientras estés en el hospital y puede masajear tu útero para estimularlo para que se contraiga.
Cambios en en cuerpo
Flujo vaginal
La cicatrización total del sitio placentario puede tardar hasta 10 días. Durante ese tiempo notarás un flujo vaginal con sangre llamado “loquios”. Será de color rojo intenso durante un día o dos luego del nacimiento, muy parecido a un período menstrual intenso.
Luego disminuye y se vuelve marrón oscuro, luego un flujo rosáceo, y para los 10 días un leve flujo blanco. Esto indica que el sitio placentario está totalmente curado.
Hasta que los loquios hayan desaparecido, deberías evitar tener relaciones sexuales y mantener buena higiene del perineo (el área entre el ano y la vagina) durante todo el día para evitar la introducción de bacterias en la vagina.
Cicatrización en el lugar de la incisión
Ya sea que el nacimiento se haya producido de manera vaginal o por cesárea, probablemente implique una incisión que requiera cicatrización. Con un parto vaginal, probablemente te hagan una episiotomía. Esta es una pequeña incisión que se realiza para ampliar la abertura vaginal justo antes de que salga la cabeza del bebé, que luego se repara con puntos.
Al igual que cualquier incisión, la cicatrización de la episiotomía lleva un par de semanas. El cuerpo absorberá los puntos, pero la incisión puede estar delicada o doler durante la primera semana, más o menos, luego del nacimiento. Es posible que se infecte, pero con un buen cuidado del perineo, generalmente se puede evitar.
Si el nacimiento es por cesárea, la incisión abdominal llevará más tiempo en sanar, entre cuatro y seis semanas y por lo general se necesitan analgésicos. Al principio, probablemente sea un analgésico narcótico que te haga sentir mareada y soñolienta. Si los puntos no son de los que se absorben solos, te los quitarán alrededor de cinco días después del nacimiento.
Consejos para curación en casa
Hay muchas otras maneras en que podés ayudar con el proceso de curación desde el hogar:
Para evitar infecciones en la incisión de la episiotomía, cambiá las toallas sanitarias a menudo.
Al menos cada cuatro o seis horas. Limpiá el perineo luego de orinar o de las deposiciones, vertiendo agua tibia sobre el área y secando con golpecitos con discos absorbentes de gasa. Recordá además siempre limpiar desde adelante hacia atrás. Siéntate en agua tibia ("baño de asiento") o usá compresas tibias para fomentar la cicatrización de la incisión.
Realizá ejercicios de piso pelviano contrayendo y soltando la zona, como cuando retienes el pipí (conocidos como ejercicios de Kegel). Lo que ayudará a recuperar la circulación del área y fomentar la cicatrización.
Mantené los apósitos de incisión de la cesárea limpios y secos. Y seguí los consejos para el cuidado que te den en el hospital.
Debés tener una dieta saludable para ayudar con el proceso de curación. Asegúrate de consumir proteínas, vitaminas y mucho líquido.
¡Descansá! Intentá permanecer en la cama o en el sofá durante la primera semana luego del nacimiento. No hagas demasiadas cosas ni demasiado rápido, aunque te sintás bien. Las únicas actividades que deberías hacer son las relacionadas con el cuidado del bebé. Dejá que otra persona se haga cargo de los mandados, de cocinar, lavar y de las tareas de la casa. Anticípate de modo que tengás ayuda disponible para estas actividades.
Duerme cuando el bebé duerma. Debido a que esperas tener muchas noches de sueño interrumpido, necesitarás compensarlo con siestas durante el día. Deberías apuntar a dormir la misma cantidad de horas en un período de 24 horas (aunque divididas en más segmentos) que antes que el bebé naciera.
Cuándo llamar al médico
Comunícate con tu médico si observas alguna de estas señales, ya que podrían indicar que la cicatrización no está avanzando como debería, o que estás desarrollando una infección:
Temperatura superior a 37,8 °C (100 °F) que dure más de un día.
Sangrado intenso o rojo fuerte (loquios) luego del cuarto día del posparto, o grandes coágulos de sangre en los loquios.
Loquios con olor fétido.
Dolor en el bajo vientre luego de los primeros días después del nacimiento.
Señales de infección (enrojecimiento, ardor, inflamación, flujo rebosante) en el lugar de la episiotomía o incisión de la cesárea.
Debido a que tener un bebé es un proceso normal, no una enfermedad, tu cuerpo está programado para curarse rápidamente. Si seguís estas recomendaciones, te sorprenderás de lo rápido que te recuperarás después del nacimiento de tu bebé.
Así que si estás en tu último trimestre podés ir preparándote para el nacimiento de tu bebé no solo empacando para el hospital, podés también prepararte para el parto: descansando, durmiendo lo más que puedas y disfrutar de la emoción de las últimas semanas de espera.
Fuentes
Sobre el contenido aquí publicado
La información de este artículo se basa en las recomendaciones de expertos que se encuentran en fuentes rigurosas: médicas, institucionales y/o gubernamentales. En ninguna circunstancia, el contenido de esta página debe reemplazar las sugerencias médicas y/o de especialistas. Es responsabilidad del lector siempre acudir a los profesionales para obtener orientación precisa. Para más información de nuestros lineamientos editoriales, consulta el apartado Ética Editorial de Pampers®.
Unite a la Comunidad Pampers