Cómo jugar con niños: aprender jugando
Al observar a tu bebé jugar, podrás ver qué piensa, qué está aprendiendo y cómo el mundo que lo rodea, incluyéndote, tiene una influencia sobre él. La ventana hacia estos aspectos es el juego.
Experimento Bebé X En la década de 1970, la psicóloga Phyllis Katz realizó un experimento llamado Bebé X. Colocó tres juguetes en una habitación: una pelota de fútbol pequeña, una muñeca femenina y un juguete de género neutro. Vistió a un bebé de tres meses de edad con un pijama amarillo sin decoración y trajo a varios adultos (los sujetos del experimento) a la sala para que conocieran al bebé. A algunos de los adultos se les dijo que el bebé era una niña y se llamaba María; a otros se les dijo que era un varón y se llamaba Juan. La mayoría de los adultos que pensó que el bebé era una niña le daba la muñeca para que jugara. La mayoría de los adultos que creyó que el bebé era un niño le daba la pelota de fútbol.
Debate El estudio Bebé X encendió la mecha de una discusión muy fuerte sobre el estereotipo del género. Sin embargo, la Dra. Katz repitió el experimentó 10 años más tarde, y obtuvo los mismos resultados. Y eso no es todo, a pesar de grandes esfuerzos respecto a la igualdad de género en los últimos años, si caminás por una típica escuela de preescolar, no te será difícil determinar qué niños están peinando a las muñecas Barbie y qué niños están jugando con camiones.
Juguetes de niñas frente a juguetes de niños: estereotipos del pasado ¿Deberías preocuparte si tu bebé desea jugar o juega generalmente con juguetes asociados con su género? Probablemente no, pero tenés que fomentar que tu hijo juegue con una variedad de juguetes, incluyendo aquellos que generalmente se relacionan con el sexo opuesto. No se trata de los juguetes en sí, sino de las habilidades que ayudan a desarrollar a los niños pequeños. El juego de fantasía asociado con las muñecas ayuda a las niñas a desarrollar habilidades de relaciones interpersonales, especialmente la crianza y la empatía, pero rara vez son mejores en cuestiones de matemáticas y habilidades espacio-visuales como las que adquieren al jugar con "juguetes de niños", como bloques y carritos.
La fantasía frente a la realidad: lo mejor de ambos mundos Otra forma en la que se diferencian los juegos de los niños yace en la realidad (como por ejemplo juegos de mesa o deportes) y la fantasía (como jugar a la casita o simular que viajan a través del tiempo y del espacio). En general, el bebé que nace primero y los hijos únicos parecen tener más fantasías, quizás porque pasan mucho más tiempo solos. Tienen más posibilidades de tener amigos imaginarios.
Tener una vida de fantasía activa también parece ayudar a desarrollar o, al menos, reflejar mejores habilidades intelectuales. Cuando tu hijo imagina que una pelota de golf es un talismán mágico y decide qué hacer con él (¿Luchar contra el dragón? ¿Fabricar helados mágicos?), está utilizando la fantasía para considerar las implicaciones de elegir distintas opciones. Las fantasías son una forma excelente en la que un niño acepta cosas que le presentan un desafío, lo asustan o lo confunden. Por ejemplo, un niño de 3 años que está molesto por el ruido que hace un camión puede superar los miedos al fingir que el bloque de madera que tiene en su mano es un camión aún más grande y más aterrador.
Jugar con la realidad, por otra parte, puede ayudar al niño a perfeccionar habilidades sociales. Un juego de mesa le permite a un niño en edad preescolar practicar los turnos. Las actividades deportivas en una edad temprana les enseñan a los niños los aspectos básicos del trabajo en equipo y la responsabilidad compartida.
Cómo participar ¿Qué podés hacer para que tu niño pruebe nuevos juegos? Lo más simple es participar. Si comenzás a jugar con una casa de cartón, tu hijo no podrá resistirse. Cuanto más intentes participar y jugar con tu niño, más lo comprenderás y te relacionarás con él.
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